31/1/09

La llave


Vierto en cada letra
el sonido del reencuentro,
los puntos suspensivos
perdidos en la nada.
Barcos hundidos en el lamento
de un mar embravecido.
De una palabra amañada
escondiéndose en el verbo,
haciendo ver que no es nada.

Siento,
el respirar de ese cuerpo
en cada incienso que quemo
en cada vela que me habla.
Y en cada cala escondida
veo como gira el viento
por huir, por escapar
del sonido de algún beso.

Carne fresca en aguacero
piel quemada por el sol
un desnudo a quemarropa
y un vestido de color.
Las nubes en desconcierto
paladeando el sabor
de lo cierto y de lo incierto.

Nadie entiende,
nadie sabe,
todo aquello que sé yo.
Y en mis silencios me quedo
simplemente, por amor.

Tal vez un día, tal vez
me atreva con la palabra
y en sonrisa desmarcada
empiece a salir el sol.
Y salga mi voz gritando
lo que mi alma se guarda,
sin saber como ni cuando
y quizás sin ton ni son,
en un beso rezagado
explote mi corazón.

Pero mientras me sonrío
bajito y casi sin voz
por tener en mis bolsillos
la llave de la razón.

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